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Ciertamente, la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel,
Y los hombres de Judá Su plantío delicioso(A).
Él esperaba equidad, pero hubo derramamiento de sangre(B);
Justicia, pero hubo clamor.

Ayes contra los impíos

¡Ay de los que juntan casa con casa,
Y añaden campo a campo
Hasta que no queda sitio alguno,
Para así habitar ustedes solos en medio de la tierra(C)!
A mis oídos el Señor de los ejércitos ha jurado:
«Ciertamente muchas casas(D) serán desoladas(E),
Grandes y hermosas, pero sin moradores.

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